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Arquitectos: Samuel Hilari
- Área: 320 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Santos Winston Miranda Ramos
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Proveedores: Ferretería Prometeo, Industrias Acercomet Beto, Marmolería Suma Qala
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Museo Vivo Interactivo Yatiyawi está diseñado para albergar exposiciones y talleres, dotando de espacios nuevos a la fundación El Getsemaní, organización que trabaja con niñxs y adolescentes del barrio periubrano de Tilata. Este barrio es parte de la periferia del área metropolitana La Paz-El Alto, a una altura aproximada de 3920 m.s.n.m. La expansión urbana que está transformando el paisaje de Tilata puede describirse también en términos materiales, siendo que las construcciones de tierra, testigos de un pasado rural reciente, son reemplazadas aceleradamente por construcciones de concreto y ladrillo.
Es en este contexto que el museo busca marcar una diferencia con la re-introducción de la tapia pisada como técnica constructiva principal, sobresaliendo de su entorno como un espacio donde las materialidades de la tierra y la madera forman parte de la agenda didáctica a la que se adscribe el museo y la fundación que lo acoge. Contando con un presupuesto mínimo, el museo fue construido con aproximadamente 30 mil dólares con la premisa de ofrecer espacios adecuados de construcción sencilla, usando materiales con una baja huella de carbono y empleando a mano de obra local. Este proyecto representa la obra contemporánea más grande de tapia pisada en Bolivia.
La colección del museo se compone principalmente por el legado de la extinta fundación Yatiyawi, organización que trabajó desde los años 90´ en la zona de Tilata, produciendo material didáctico tanto para niñxs como para adultos. “Yatiyawi” significa “Enseñanza” en el idioma indígena aimara, hablado en la región. Cada espacio tiene características propias en cuanto a texturas y colores, siendo un factor común el uso de la tierra.
El recorrido por el museo comienza en los ambientes existentes de la “Casa Barbara”, que han sido renovados y adecuados interiormente, aplicando un revoque de tierra nuevo sobre las paredes de adobe existentes, reemplazando de esta manera un revoque de estuco anterior. El recorrido sigue atravesando un espacio menor, que se caracteriza por un revoque de tierra claro, hecho con tierra gris que fue traída desde el cercano valle de Achocalla, ubicado a aproximadamente 10 km de la obra.
Finalmente, el recorrido ingresa en el bloque nuevo, este espacio está construido enteramente con muros de tapia pisada y cuenta con una cubierta a dos aguas que se compone por cerchas vistas de madera. La luz ingresa cenitalmente a través de planchas de policarbonato dispuestas a ambos lados de la cumbrera. Este espacio cuenta con dos salidas que marcan un eje central que atraviesa el espacio en sentido longitudinal. La salida norte se abre a un patio donde se conservaron dos Kiswaras (Buddleja coriácea Remy), que son árboles nativos del altiplano andino. También se mantuvo una Kiswara dentro del bloque nuevo, siguiendo la premisa de no talar ningún árbol en cuanto sea posible.